Trabajas junto con tus hijos por adquirir una rutina para organizarte y organizarlos en las tareas del día a día. Te acostumbras y te habitúas a ella.
Cuando hacemos de los hábitos un sinfín de actividades en los que no somos conscientes para qué lo hacemos y olvidamos el porqué de nuestras acciones rutinarias, perdemos de mira el objetivo.
¿Es posible convertir esta rutina en ACTOS CONSCIENTES que nos agraden? ¿Podríamos encontrar el beneficio de cada tarea que hacemos para disfrutar de su ejecución?
Como lo explica la Psicóloga Rosa Jovè se intenta crear hábitos en los niños pensados que se les hace un bien, cuando lo que hemos de inculcar es la pasión de hacer una cosa…¨
APRENDO Porque ME GUSTA
Hay hábitos saludables como bañarse a diario, lavarse los dientes tres veces al día, comer varias veces en el día, etc. Otros hábitos igual de positivos, como la lectura, el ejercicio o el deporte. ¿Qué te parece poderlos convertir en acciones consientes y agradables?
Te daré unos ejemplos para entenderlo.
- Un niño que se lava los dientes porque se lo han impuesto como rutina y no reconoce sus beneficios, puede dejar de hacerlo o convertirlo en un momento desagradable de obligación. Por eso la importancia de que encuentre la razón de dicha acción. Lavarse los dientes le hace sentir fresca la boca, los dientes limpios se ven más bonitos que sucios. La razón de evitar las caries es algo que comprenderán más grandes. No se trata de explicaciones complejas, sino de encontrar el gusto y ser consciente de las sensaciones agradables.
- Un niño que lee por hábito y se acostumbra a hacerlo bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, en la cama antes de dormir, puede dejarlo en eso, un ejercicio de lectura que se hace solo en la noche. Sin embargo, si logramos transmitir al niño pasión por la lectura, puede que quiera hacerlo en otro momento, que disfrute tanto de leer, que lo interiorice como algo placentero que lo beneficia y no como una tarea más de la rutina diaria.
- Un niño que tiene el hábito del deporte y sabe su rutina deportiva puede acostumbrarse a ella, sin ir más allá. Esperando estímulos externos para continuar. Debemos dar plena libertad de querer hacerlo, intentar que sean apasionados y que encuentren dentro de cada uno ese ímpetu que los lleve a hacer las cosas con tanto agrado que quieran esforzarse y darlo todo. Superándose constantemente y motivándose a sí mismos.
ES CUESTIÓN DE TOMAR CONCIENCIA DE NUESTRAS ACCIONES.
- Si somos conscientes de lo que nos agrada y nos es placentero, podremos aprender con facilidad a hacer las tareas repetitivas, encontrándoles el sentido de realizarlas.
- También si somos conscientes que hacer algo no nos gusta (y esto requiere un ejercicio de reflexión más minucioso) podemos empezar por reconocer su necesidad y ver el lado positivo que nos aporta, entonces podemos aprender igualmente a encontrar el placer de hacerlo o al menos encontrarle el valor que nos puede aportar.
El orden y las horas NO siempre tienen importancia.
Se puede tener libertad, poder hacer lo que queramos y en el orden que queramos. No es necesario ser rígidos en algunas situaciones y es más conveniente sentir la independencia para hacer las cosas con agrado y así un mayor valor de consciencia.
Por ejemplo, la hora de dormir, debe ser una serie de actividades previas al sueño que nos lleve de manera agradable a terminar el día. Más allá de la hora para acostarse, debemos dar importancia al cumplimiento de estas actividades, si bien las hacemos en orden para no olvidar alguna o por lógica (porque no tiene sentido lavarse los dientes si luego se va a tomar o comer algo), podemos dejar elegir al niño si prefiere primero hacer una u otra.
Jamás debemos ser padres de manual que saben, por ejemplo, leer bien las horas de comer en punto, pero no saben leer bien las señales de hambre de su hijo (en especial si son pequeños) ¨ sin adelantar o atrasar un poco la comida en función de su necesidad.
Como adultos tenemos una rutina para alimentarnos, pero tenemos libertades para hacerlo. Hay una hora para el desayuno, sin embargo, el fin de semana esta puede variar. Podemos comer fruta cada mañana, pero podemos elegir, por lo general, la que más nos provoca.
PUNTOS CLAVE PARA AYUDAR A TUS HIJOS
- Lo primero, con el ejemplo. Que te vean disfrutando de todas tus actividades, especialmente las que son repetitivas. Por favor no te quejes o reniegues de lo que debes hacer, búscale el lado bueno.
- Muestrales el beneficio que trae para ellos el realizar tales actividades. No des largas ni complejas explicaciones. Con acciones es mejor que con tantas palabras.
- Pregúntale a tu hijo qué le agrada de lo que es necesario que haga, para implicarlo y convertirlo en un acto consciente y no un acto obligado.
- Permíteles que sean ellos mismos los que descubran la razón y la importancia de hacerlas.
- Puedes ayudarles a tomar conciencia simplemente usando palabras que expresen sus sensaciones.
Para terminar, quiero que todos nos quedemos con esta frase:
AMA TODO LO QUE HACES Y …
… TERMINARÁS HACIENDO SOLO LO QUE AMAS.
Es lo que me dice con frecuencia mi madre, una mujer apasionada que hace las cosas con tanto amor que nada se le convierte en rutina aburrida. Rescato esta frase, pues es una forma de hacernos la vida más agradable y convertir en una pasión o al menos en actos consientes las simples tareas diarias.
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